domingo, 6 de junio de 2010

La escalera de caracol

LA ESCALERA DE CARACOL (The Spiral Starcaise)
o las escaleras de ROBERT SIODMACK

Hemos de agradecerle bastante a Robert Siodmack. En primer lugar; porqué es uno de los escasos directores europeos que una vez en Hollywood supo mantener su personalidad y su modo de hacer con ese «spirit» de la vieja Europa, secuela del mejor estilo de los Wiene, Murnau, Lang, etc.; y en segundo lugar, porque siempre en sus realizaciones existe la nota variante, original, inquieta, en hallar formas nuevas inéditas de expresión.
Siodmack no es de los que se estanca. Es un director impulsivo, genial, y encasillado en el tipo de melodrama hoy tan en boga en que se juega a criminales, paranoicos y maniáticos, es el que nos ha ofrecido de lo mejor en el género.


Admiramos en Siodmack su maestría para el «narratage», su habilidad en mantener la intriga hasta el plano final, el uso de los focos que plasman unos contrastes de luz efectistas en grises de platina, la música que exige rubricando la acción y sobretodo sus escaleras. Siodmack juega hábilmente con ellas en su expansión, planificándolas en perspectivas de efectos expresivos. Ello nos recuerda aquellas mejores escenas del asesinato de MAZURKA de Wllly Forts.

Siodmack exprime al máximo el efecto de una escalera con la cámara al pie de la misma o a la inversa enfocando hacia abajo desde arriba, o en vuelo sobre la misma. Ello lo hizo en «EL SOSPECHOSO», lo repitió en "PESADILLA", lo vemos ahora en "LA ESCALERA DE CARACOL" y más tarde había de conseguir el máximo logro con su obra cumbre "FORAJIDOS".
De “LA ESCALERA DE CARACOL” no olvidaremos aquel maravilloso “travelling” hacia atrás, con Helen subiendo, hasta descubrir los pies del asesino, ni las expresiones irrebatibles de la mudez de Helen ante el espejo de la escalera, ni el impresionante ojo criminal en primerísimo plano, junto a las secuencias de los asesinatos magníficamente logradas ni la escena final en la escalera de caracol, y sobretodo, los primeros metros de la cinta sin una palabra, desde el “travelling” en panorámica que descubre la calle, hasta el asesinato de la joven coja, pasando por la sesión del cinematógrafo de rancio sabor. Todo en una expresión puramente cinematográfica y que el escaso diálogo en si del resto de la cinta corrobora en su totalidad el nuevo triunfo de Siodmack como excelente realizador.

Si se añade a ello lo acertado de cada personaje en su respectivo papel -de los que sobresale Dorothy Mc.Guire, que por cierto no necesita de su habla para expresar sus sentimientos- nos encontramos con que uno se olvida de que “LA ESCALERA DE CARACOL” sea precisamente una película de miedo, terrorífica, lo que viene a demostrar una vez más que cuando en cine se halla la exacta medida de la expresión visual no existe tópico alguno que sea un escollo.

JOSÉ PASCUAL LLORENS, 1947

PRODUCCIÓN R.K.O. 1947
DISTRIBUCION R.K.O. RADIO.

7 comentarios:

Eastriver dijo...

Esta arqueología familiar está muy bien porque tu padre era enormemente certero, tenía un gran talento para captar los aspectos artísticos, para verlos venir. Me encantó esta película cuando la vi. La había olvidado, o casi, hasta que tu padre me la trajo hoy, de nuevo.

Jordi Pascual Morant dijo...

Ramon,
Eres muy amable y aprecio una vez más tu comentario.
Cuando se hacen las cosas con entusiasmo se suele acertar a menudo y se puede ser certero como tu dices. Mi padre sólo mostraba su pasión por el cine.
Un abrazo

Humbert Sanz i Vaqué dijo...

Jordi,
Siempre me pasa lo mismo cuando leo los artículos que escribía tu padre, pienso: que pena no conocer la película y no poder disponer de ella con facilidad. Me encanta su exquisita y elaborada redacción, tal como comentas, se nota que era un enamorado de su trabajo y le apasionaba el cine. Agradecerte pues, que recuperes estos archivos de la historia del cine y que conozcamos así, los que no pudimos, el brillante talento crítico que esgrimía Don José Pascual.

Jordi Pascual Morant dijo...

Humbert,
Entre el cine d’abans y el d’ara y han diferencies importants, també en la ingenuïtat d’aquells espectadors y els d’ara, en deixar-se portar per la ficció de les imatges. Es sorprenent com avui en dia els efectes s’han sofisticat per captivar aquesta atenció, quan les millors pel•lícules d’aquells temps feien servir llenguatges molt mes senzills.
Em queda el dubte del que opinaria de les pel•lícules d’ara el meu pare. Del que sí tenim bona mostra es de les que ell va arribar a veure.
Gràcies pel teu comentari.

Camino a Gaia dijo...

Es curiosa nuestra capacidad para elaborar una película, o recrear unos hechos a partir de las palabras que nos las acercan. No he visto las películas, pero me ha llegado parte de su magia.
Un saludo

Jordi Pascual Morant dijo...

Te lo agradezco, Camino a Gaia,
Un buen elogio para mi padre que gracias a Internet prolonga sus ideas y su pasión por el cine.

Candidatos concejo dijo...

Excelente tu publicación y ese homenaje que haces es que definitivamente no dejarse llevar por la arrogancia de la fama es de admirar y respetar.