miércoles, 17 de febrero de 2010

LA EXTRAÑA PASAJERA



No importa mucho que en ésta cinta existan, en un tono menor, situaciones forzadas, huecos convencionalismos y concesiones de diálogo. No importa, por ejemplo, que veamos una transmutación meteórica en la persona de Carlota, que exis­tan coincidencias de encuentros que se repiten y que algunas escenas pequen de afectación. No importa, en fin, que se nos quiera llevar de la mano para mostrarnos, sorprendernos, con lo que ya intuimos, por aquello de que siempre puede arreglar­se todo a gusto del consumidor.

Todo ello no importa, repetimos, porque llega a quedar diluido, borrado casi, apenas perceptible por el arte interpretativo y el talento genial de Bette Davis; incluso no im­porta que ella misma sea físicamente antipática, vulgar, por­que su rostro está reñido con los cánones de la estética. Sin embargo, todo queda semi-obscurecido en la penumbra por el matiz expresionista de sus interpretaciones, por su inteligen­cia, por su carácter y por su exclusividad del espíritu del papel que interpreta; todo a despecho de su fealdad, atrayen­do y cautivando, dejando en nosotros un recuerdo perennemente vivo con poesía de un arte nato. El talento de Bette Davis está siempre por encima de lo artificioso, de lo convencional y de lo rebuscado, convirtiéndolo a su antojo y a nuestros ojos en un todo natural, sencillo y realmente humano.

Por ella, por Bette Davis, reconocemos a «La extraña pasajera» como una buena película y si añadimos que Irving Rapper ha hecho una buena labor con el psíquico intríngulis bordeando el abismo de lo morboso, que Sol Polito ha manejado una cámara ágil, inquieta, que salta siempre al alcance del intérprete del lugar y del motivo y que Max Steiner ha compuesto una fra­se musical romántica que viene como anillo al dedo al amor su­blime que se profesan Carlota y Jerry, tendremos suficientes valores cualitativos para que le cinta penetre y convenza a pesar de sus situaciones forzadas, de huecos convencionalismos y de concesiones vulgares.

Pero... como dice Carlota en el plano final de la cinta, podemos decir nosotros,...” porqué hemos de querer la luna si ya tenemos las estrellas...”

José Pascual Llorens.
19 de octubre de1947

Producción Warner Bross 1942.


lunes, 1 de febrero de 2010

Dibujos hermafroditas

La serie de dibujos que os presento los realicé entre los años 1980-86, fascinado por el sexo hermafrodita. Lo explícito del deseo libidinoso de aquellos años se muestra exagerado, pero también le acompaña la inquietud artística que la línea, el difuminado y la simplicidad en el color podían expresar desde la sensibilidad que el arte consigue exorcizar.