¿Puede quedar algo positivo después de 18 meses de servicio militar obligatorio para un chico de 20 años? Si concretamos más en las preferencias de ese joven diciendo que estaba interesado en leer filosofía, que amaba el arte y descubría la música de Thelonius Monk, seguramente sacaremos una única conclusión, ¡Qué perdida de tiempo! Pues ése joven era yo.
En aquel tiempo, un año después de la muerte del Dictador Franco en 1975, aumentaban los objetores de conciencia. Eran detenidos y la cárcel era su servicio militar. Pero gracias a ellos, hoy, el servicio militar ya no es obligatorio. O quizás los papás de clase alta ya no querían pagar más sobornos para que sus hijos sortearan pasar por tan “servicial” servicio, o talvez el coste económico que suponía para el estado mantener a tanto soldadito ya no era necesario, o... Quién sabe qué pudo más. Prefiero pensar que fueron los valientes defensores de la libertad de conciencia.
Así que llegué a San Fernando (Cádiz), a una especie de chalet gestionado por unos pocos militares. Centro de adiestramiento, le llamaban, como si fuéramos perros amaestrados.
Al final del curso de sonar hacían un examen que permitía a los mejores escoger el siguiente destino, el preferido era quedarse como ayudante del instructor.
Cosas del destino, el azar, o la divina providencia, me dieron un cuestionario en el que se apreciaba una cruz borrada en cada una de las respuestas correctas de un listado. Así lo deduje, pues en muchas coincidía con las que yo me sabía. Ni corto ni perezoso empecé a señalar cada una de las marcas fantasmas del cuestionario con la intención de sacar la máxima puntuación y escoger una ciudad diferente de destino. Siempre me quedará la duda si alguien conscientemente me facilitó aquel documento manipulado o bien fue fruto de algún despiste involuntario.
¡Sobresaliente! ¡10 sobre 10!
El resto del servicio militar lo pasé en aquella pequeña y tranquila ciudad. Alquilamos con otros compañeros un apartamento y cada tarde me iba allí, donde pintaba, o bien leía algunos libros que sacaba de la biblioteca municipal.
Si habéis llegado hasta aquí permitidme un par de líneas más para encontrar la respuesta a mi primera pregunta.
Los mandos militares de aquel lugar me encargaron el cuidado de la pequeña biblioteca que tenían para uso de todo aquel que quisiera instruirse, principalmente en cuestiones militares.
Me sorprendió encontrarme con una gran cantidad de ejemplares de la revista “Triunfo”, una publicación que encarnaba las ideas y la cultura de la izquierda de esa época y fue símbolo de la resistencia intelectual al franquismo.
Conclusión: ni fui un buen soldado, ni un experto “sonarista”, ni un cuidadoso bibliotecario, pero de esos 18 meses de “cautiverio” tengo un material artístico considerable que tal vez os vaya ofreciendo regularmente. Hoy os presento, mi “Triunfo personal”.
8 comentarios:
me encanta tu collage, me gustan los colores vivos. de alguna manera es como una protesta muy personal y particular.
con lo que no pudieron es con el tema capilar
buena tarde
Ei senyor sobresaliente! això de la sort, l´atzar (i l´estudi) que van fer el 10 sobre 10, ha estat un secret guardat fins ara? Bromes a part , m´encanten els collajos que ens ensenyes...colors, personatges, figures que ens recorden aquells temps. Sorpresa, de nou.
Rosa, tienes razón, no pudieron con mis rizos, ni con mi inquietud creativa.
A cambio de unos cortes de pelo yo les hice unos recortes de revistas y un buen corte de mangas cuando me licencié.
Gracias por tu encantadora opinión.
Espero verte de nuevo por aquí.
un abrazo
Montserrat, tothom tenim secrets guardats. Aquest bloc pot anar desvetllant més d'un.
Lo de collajo sona molt estrany, però ho accepto amb "cariño".
Una abraçada
Una altra sorpresa aquests blocs de collage! M'ha agradat especialmente el de la pin-up amb figures pietoses al peu. Tu, donat a la filosofia, vès a saber a què simbolitzaves rendir-li pleitesia...!
"A cambio de unos cortes de pelo yo les hice unos recortes de revistas y un buen corte de mangas cuando me licencié." Fantàstic! jiji.
(Nota: saps quina sospita vaig tenir jo quan va acabar la 'mili'? que no retallaven taaant el pressupost, sinó que redistribuïen. Y a buen entendedor...).
Petons!
Lo de la pin-up son els mites que adorem, la aureola que hi veiem als actors. Però bé, si t'ha donat que pensar...
Tens raó que el pressupost militar no ha disminuït, al contrari, entiendo entiendo...
petons
Relindos Jordi!
salud
Regracias, Bashevis.
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