No importa mucho que en ésta cinta existan, en un tono menor, situaciones forzadas, huecos convencionalismos y concesiones de diálogo. No importa, por ejemplo, que veamos una transmutación meteórica en la persona de Carlota, que existan coincidencias de encuentros que se repiten y que algunas escenas pequen de afectación. No importa, en fin, que se nos quiera llevar de la mano para mostrarnos, sorprendernos, con lo que ya intuimos, por aquello de que siempre puede arreglarse todo a gusto del consumidor.
Todo ello no importa, repetimos, porque llega a quedar diluido, borrado casi, apenas perceptible por el arte interpretativo y el talento genial de Bette Davis; incluso no importa que ella misma sea físicamente antipática, vulgar, porque su rostro está reñido con los cánones de la estética. Sin embargo, todo queda semi-obscurecido en la penumbra por el matiz expresionista de sus interpretaciones, por su inteligencia, por su carácter y por su exclusividad del espíritu del papel que interpreta; todo a despecho de su fealdad, atrayendo y cautivando, dejando en nosotros un recuerdo perennemente vivo con poesía de un arte nato. El talento de Bette Davis está siempre por encima de lo artificioso, de lo convencional y de lo rebuscado, convirtiéndolo a su antojo y a nuestros ojos en un todo natural, sencillo y realmente humano.
Por ella, por Bette Davis, reconocemos a «La extraña pasajera» como una buena película y si añadimos que Irving Rapper ha hecho una buena labor con el psíquico intríngulis bordeando el abismo de lo morboso, que Sol Polito ha manejado una cámara ágil, inquieta, que salta siempre al alcance del intérprete del lugar y del motivo y que Max Steiner ha compuesto una frase musical romántica que viene como anillo al dedo al amor sublime que se profesan Carlota y Jerry, tendremos suficientes valores cualitativos para que le cinta penetre y convenza a pesar de sus situaciones forzadas, de huecos convencionalismos y de concesiones vulgares.
Pero... como dice Carlota en el plano final de la cinta, podemos decir nosotros,...” porqué hemos de querer la luna si ya tenemos las estrellas...”
José Pascual Llorens.
19 de octubre de1947
Producción Warner Bross 1942.
Todo ello no importa, repetimos, porque llega a quedar diluido, borrado casi, apenas perceptible por el arte interpretativo y el talento genial de Bette Davis; incluso no importa que ella misma sea físicamente antipática, vulgar, porque su rostro está reñido con los cánones de la estética. Sin embargo, todo queda semi-obscurecido en la penumbra por el matiz expresionista de sus interpretaciones, por su inteligencia, por su carácter y por su exclusividad del espíritu del papel que interpreta; todo a despecho de su fealdad, atrayendo y cautivando, dejando en nosotros un recuerdo perennemente vivo con poesía de un arte nato. El talento de Bette Davis está siempre por encima de lo artificioso, de lo convencional y de lo rebuscado, convirtiéndolo a su antojo y a nuestros ojos en un todo natural, sencillo y realmente humano.
Por ella, por Bette Davis, reconocemos a «La extraña pasajera» como una buena película y si añadimos que Irving Rapper ha hecho una buena labor con el psíquico intríngulis bordeando el abismo de lo morboso, que Sol Polito ha manejado una cámara ágil, inquieta, que salta siempre al alcance del intérprete del lugar y del motivo y que Max Steiner ha compuesto una frase musical romántica que viene como anillo al dedo al amor sublime que se profesan Carlota y Jerry, tendremos suficientes valores cualitativos para que le cinta penetre y convenza a pesar de sus situaciones forzadas, de huecos convencionalismos y de concesiones vulgares.
Pero... como dice Carlota en el plano final de la cinta, podemos decir nosotros,...” porqué hemos de querer la luna si ya tenemos las estrellas...”
José Pascual Llorens.
19 de octubre de1947
Producción Warner Bross 1942.
4 comentarios:
Como habra gustado tu padre ver sus cronicas publicados aqui. Son muy interesantes.
Un abrazo
El teu pare tenia una gran sensibilitat. Estic per baixar-me la peli i rellegir la crítica. El teu pare sabia mirar, Jordi, d'això no n'hi ha cap dubte. I a més escribia molt bé. I a més era un fascinat de Bette Davis, la qual cosa vol dir que tenia un gust excel.lent. Abraçades!
Anet, también le hubiera gustado saber que te han interesado.
Gracias por el comentario.
Ramon, així que piratejant pelis de la xarxa! Ay si t'engantxen els de l'ESGAE!
El meu pare pertany a la generació que va viure l'eclosió del cinema, ho van viure amb passió i sense Internet, buscant la informació a revistes extrangeres que trovaba al mercat de Sant Antoni. Eren altres temps.
Aquesta peli jo tampoc la coneixia.
Un detall el teu de passar per aquesta pantalla.
Gràcies.
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